¿SOLO CULPAS REGIONALES?
jueves, 5 de junio de 2014
, Posted by sincensuracanete.blogspot.com at 15:56
...el centralismo peruano, desde mucho antes que la regionalización, ya reproducía mercantilismos, clientelaje, y corrupción.
¿La regionalización es sinónimo de corrupción? Para muchos sí. ¿Pero el Estado centralista peruano ha sido acaso expresión de virtud, de transparencia, de “corrupción cero”? Claro que no. El desfalco guanero del Siglo XIX no se construyó desde las provincias sino, mayoritariamente, desde familias civilistas y limeñas. El fujimorismo -según Transparencia Internacional- ocupó el puesto 7 del ranking de los gobiernos más corruptos del mundo y fue ultra centralista en una alianza anti-partido entre militares, mercantilistas y tecnócratas.
Las regiones tienen problemas en el diseño de política: ausencia de contrapesos internos y de elementos técnicos, así como desmadres y robos por clanes familiares. Empero, ello no nos puede hacer olvidar que el centralismo peruano, desde mucho antes que la regionalización, ya reproducía mercantilismos, prebendas, clientelaje, patrimonialismo y corrupción.
La regionalización posfujimorista cargó herencias y vino con recursos que crecían cada año. En el año 2000 el canon minero equivalía a 90 millones de soles; en el 2011 llegó hasta 5,100 millones; luego bajó pero no tanto. ¿Estos inéditos recursos del canon hubiesen sido mejor ejecutados desde la centralidad de los Ministerios (con conflictos de intereses, por ejemplo) o desde unidades ejecutoras conducidas desde Lima? No estemos seguros. Existe en la regionalización una reproducción de vicios nacionales o un sub-centralismo injusto que perjudica a los distritos más alejados. A su vez, fueron casi nulos los mecanismos de control y supervisión desde el gobierno central.
El modelo de descentralización concibe al gobierno con funciones rectoras, con más elaboración y definición de políticas que ejecución, y con una creciente transferencia de funciones y responsabilidades a regiones y municipios. Se hubiesen podido evitar situaciones críticas y excesos regionales si la Contralaría, el Ministerio Público, el Poder Judicial, el MEF y otras instituciones de alcance nacional no hubiesen sido tan débiles en sus funciones de monitoreo, regulación, capacitación, supervisión y orientación a los gobiernos regionales y locales.
Se han retroalimentado “cadenas de anti-valor” cimentadas en una corrupción desde Lima a las regiones y viceversa. La corrupción no es un mal ni regional ni centralista exclusivamente. Está arriba y abajo; en las flamantes regiones y en las viejas instituciones del centralismo peruano, corroyendo esperanzas, matando la eficiencia y concentrado riquezas. Se le combatirá mejor y derrotará, con una mirada completa y real de su origen y actual funcionamiento. Las culpas no son sólo regionales; revisemos el modelo, pero no retrocedamos.
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