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Dramatis Personae:

Zejo– René Cornejo
José Luis– Nadine Heredia
Benjamín– Ollanta Humala

ESCENA.– Palco de Palacio de Gobierno, Lima-Perú.

ACTO ÚNICO

                         ESCENA ÚNICA

Tras el voto de confianza del Congreso de La República al Gabinete Cornejo, Nadine Heredia se encuentra en su oficina, montada en cólera, porque los medios de comunicación han enfocado su atención en su calzón amarillo patito, que hace unos días fue visto colgando desde una ventana de Palacio de Gobierno. En su oficina, está el Presidente Ollanta Humala y el Presidente del Gabinete, René Cornejo, que intentan expiar culpas entre sí.

René Cornejo– 

En cuestiones de política
no interesan los calzones
(el pueblo emite opiniones
como los de la era lítica.
«Nadi», es cuestión analítica,
«Cosito» tiene el control
(lento como un caracol,
pero sirve al gabinete).
¡Contigo nadie se mete,
mi reinita! ¡Tú, mi sol!

Nadine Heredia, haciendo pose de diva, les recuerda, al presidente y al primer ministro, su posición en el gobierno peruano.

Nadine Heredia–

¡Estoy harta de la gente!
¡Qué cholos más criticones!
Juegan con mis emociones
de una manera indecente.
«Cosito» es «mi» presidente
(o sea, ¿se entiende?, «¡mío!»),
«mis ministros», mi albedrío;
por decirlo a la peruana
«lo que a mí me da la gana»,
¡vayan a llorar al río!

Nadine Heredia revisa, furibunda, las portadas de los diarios, donde el calzón amarillo patito ha sido el protagonistas. Se los tira, uno tras otro, a Ollanta Humala, quien los recibe y recoge del piso con resignación. René Cornejo ríe bajito.

Ollanta Humala–

¿Ese calzón será de ella?
No, lo usa más apretado.
¿Le habrá pasado esto a Prado?
¡No! ¿Acusar a mi doncella?
¡Favre!, ¡Sí!, tiene su huella
¿Y si a Nadine le pregunto?
Sé que me dirá: ¡No y punto!
¿Castilla..? Ese es bien capaz,
su fama de ave rapaz…
¡Qué complejo es este asunto!

Ollanta Humala no halla respuesta a la interrogante del calzón amarillo. Nadine Heredia le pone cara de asco y le hace señas para que le pase la banda presidencial. René Cornejo le ayuda a Ollanta Humala a quitársela y se la entrega a Nadine Heredia.

Nadine Heredia–

¡Calzones a mí! ¿Qué es esto,
se me sublevan? ¿Qué cosa?
La prensa sucia y odiosa
no me perdona ni un gesto.
¡Ya verán! Tengo bien puesto
mi calzón (y es color rojo),
¡cuidadito que me enojo
y los pongo a «mis» ministros
a revisar sus registros
y a fundirlos a «mi» antojo!

René Cornejo termina quitándole la banda presidencial a Ollanta Humala. Por ratos, siente una extraña sensación, como la que experimentaba Frodo al sostener el anillo de Sauron, el Señor Oscuro, en «El Señor de los Anillos». Nadine Heredia le quita la banda presidencial de las manos. Ollanta Humala se muestra sobrecogido.

Ollanta Humala–

(Cómo anhelo aquellos días
de patrulla y de parranda,
por la sierra, con bufanda,
sin Nadine y sus manías.)
Toma, cielo. ¡No te rías!
Ollanta Humala, el cobrizo,
pelo pincho, sin un rizo,
cede el poder a su esposa,
le regala, a su preciosa,
un país más bien rojizo…

Nadine Heredia se pone la banda presidencial. Un aura oscura se apodera del ambiente.Ollanta Humala se asusta y sale corriendo de la oficina. René Cornejo, deslumbrado, se arrodilla ante Nadine Heredia.

René Cornejo–

¡Nadine, tranquila! ¡Está bien!
Era mío, lo confieso;
yo dejé ese calzón tieso,
¡y quedamos hasta el cien!
Lo saqué en un santiamén;
es mi talla, presidenta.
Si la gente nos comenta
lo ocurrido, ¡las portadas
serán opio en las miradas
de un pueblo que se fragmenta!

Nadine Heredia, con la banda presidencial puesta, se siente omnipotente. Le hace una seña despectiva a René Cornejo para que abandone la sala, no sin antes besarle el anillo. Nadine Heredia saca de su escritorio un espejo y un peine. Se acomoda la banda presidencial otra vez y empieza a arreglarse el pelo, mientras suena una música infernal. Las luces se apagan lentamente hasta el oscuro.

                         (FINAL DE LA OBRA.)

POR: http://larepublica.pe/blogs/decimas-cosas/