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el dato Don Rigoberto Sosa en la bodega de su hacienda, en Cerro Blanco. Su destilado de calidad le ha permitido tener un lugar en la feria Mistura. .

Diego Guevara

Tacna. 

El pisco que se destila en el límite fronterizo con Chile tiene un doble reto. No solo mantener la calidad, sincronía entre aroma y cuerpo para embriagar los sentidos. También elevar la producción para competir con otras marcas.

La República hizo un breve recorrido por la Ruta del Pisco. Desde el suelo llano del valle costero en Magollo, a veinte minutos de la Ciudad Heroica, hasta el agreste y pedregoso Cerro Blanco, donde se cultiva la uva Negra Criolla y la Blanca Italia, materia prima para obtener los mejores piscos, varias veces galardonados con la Medalla de Oro. Sin duda hay un esfuerzo de los productores e instituciones del Estado para fortalecer la industria pisquera.

En el fundo Mendoza del valle de Magollo funciona la primera parcela demostrativa para el cultivo exclusivo de uva pisquera en la variedad de uva Blanca Italia. 

Ahí nos recibe una mañana fría y nublada. Son los rezagos del invierno. Las parras sembradas en un cuarto de hectárea se encuentran en época de “agoste” (descanso entre junio y agosto). Es uva Blanca Italia injertada sobre raíces americanas resistentes a la sequía y a la terrible filoxera, un insecto que ataca a la vid. 

El año pasado, de cada planta se obtuvo 4.5 kilos. Para febrero del próximo año, la producción se elevará hasta los 10 kg. 

Erasmo Torres, criado entre viñedos de Pachía (Valle Viejo), es responsable del Proyecto Vid de la Gerencia de Desarrollo Económico del Gobierno Regional de Tacna. Como etnólogo e ingeniero químico implementó en esta hacienda varias técnicas. Por ejemplo, el armado de los viñedos a tres niveles, el uso de fertilizante orgánico de alpaca y el meticuloso trabajo de poda. Con estas tres medidas cada brote duplica la cantidad de racimos. Para el caso de la uva pisquera, un fruto más concentrado y que luego del destilado mantenga el aroma y vigor característicos del mejor pisco. A eso se suma la eficiencia del agua, 50% menos de lo que se utilizaba con las viejas técnicas de riego. Un cuarto de hectárea puede producir de 12 a 15 toneladas de uva, el equivalente de entre mil 600 a 2 mil litros de pisco.

El fundo Mendoza fue beneficiado con el proyecto “Mejoramiento de capacidades para el desarrollo de la cadena productiva de la vid”. Este programa incrementó los cultivos de vid de 554 a 584 hectáreas (ha) en los últimos dos años, solo en la provincia de Tacna. El 92% de cultivos regaban por gravedad. Ahora lo tecnificaron. Este proyecto promovió siete parcelas demostrativas, aquellas en las que el manejo de la vid consigue el doble de producción utilizando hasta la mitad de agua que requería el riego por gravedad. 

Atravesando la Panamericana Sur y la vía Costanera, llegamos al predio de don Hilario García. Aunque su parcela demostrativa se orienta a la producción de uva de mesa, él representa un ejemplo de los beneficios de la asociatividad y la cooperación del Estado.

Don Hilario es uno de aquellos que ha contribuido a mejorar la producción agrícola con menos agua.

Como parte de una asociación primero tecnificó el riego en una parcela de una hectárea. Luego por cuenta propia tecnificó otras 2 hectáreas. 

Él reconoce la importancia del uso racional del agua. En Magollo, el 5% de agricultores se resiste al cambio y sigue desperdiciándola regando por gravedad. 

El modelo de asociatividad agrupó a 730 productores de pisco y vino en doce asociaciones. Así pueden acceder a financiamiento gubernamental para mejorar su capacidad operativa.

A través del programa gubernamental “Agroideas” se ha conseguido el financiamiento para ocho asociaciones por S/. 4 millones. 

Con la cooperación estatal, se implementa doce bodegas en la provincia de Tacna para que el visitante compre una botella producida por estos fundos. El programa favorecerá a 127 familias vinculadas a la producción de pisco, vino y alcanza a quienes se dedican a la producción de uva de mesa. 

El recorrido termina inevitablemente entre incontables botellas de pisco en la Bodega Tacna, en Cerro Blanco, distrito de Calana. En esta parte del Valle Viejo el sol es cálido desde el amanecer hasta el ocaso, en contraste con el cielo gris de Tacna.

Don Rigoberto Sosa, presidente de la Asociación Regional de Productores de la Vid al Pisco (Aprovid), ha proveído de 80 cajas de pisco a la feria Mistura. Casi mil botellas de pisco en las variedades Acholado Puro, Italia y Negra Criolla, máxima representante de Tacna. Imposible no caer al sabor del pisco Acholado Tres Cepas; increíble combinación de Blanca Italia, Negra Criolla y Albilla. 

En la hectárea que ha sido implementada en su predio con el Proyecto Vid, han instalado un sistema de viñedos en “triple T”, lo que aprovecha la expansión de las matas entres niveles y doble brazo en cada nivel. Con esto, la producción por hectárea alcanza las 60 toneladas.

En esta zona de Cerro Blanco el terreno de cascajo podría ser a simple vista un problema. Por el contrario, resulta una gran ventaja. 

Sosa explica que el terreno empedrado filtra la humedad mucho más rápido y la concentra cerca de las raíces. Las doce horas de sol en el valle hacen que los nutrientes sean liberados por la noche, consiguiendo un fruto de más cuerpo y concentración de azúcares, propicio para la producción del pisco. 

Mientras recorremos los viñedos, don Rigoberto Sosa recuerda lo importante que ha sido la inversión pública para los productores de vid del sur. La técnica científica se ha combinado con la práctica tradicional. El objetivo, convertir el pisco tacneño en la primera opción en las mesas y celebraciones de la región y fuera de estas fronteras. Como la Quebranta o Albilla producidas en Ica, o la reconocida Moscatel de la capital de la República, Tacna tiene en la Blanca Italia y la Negra Criolla a sus grandes representantes. ¡Salud!

POR: LA REPUBLICA