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CAÑETE. A las 11:00 pm del último viernes, el terror y la desesperación cundió en la población de Herbay Alto, en San Vicente. 

Un fuerte ruido que provenía desde lo alto de la quebrada los hizo levantar de sus camas y salir rápidamente de sus viviendas.

A esa hora, una copiosa lluvia, precedida de rayos y relámpagos, castigaba toda la zona y tenía aterrados a sus moradores.

HUAICO GIGANTE

De pronto, en medio de las luces destellantes del fenómeno, observaron la llegada de un gigantesco huaico.

Miles de toneladas de barro, piedras, troncos y maleza avanzaban rápidamente devorando todo a su paso.

El temor de los pobladores cundió. Sin nada más que la ropa que llevaban encima, tuvieron que ganar las partes altas y salvar sus vidas.

MILES EN PÉRDIDAS

Poco después, la gigantesca masa oscura discurría por delante de ellos.

Con la llegada del día, se pudo constatar la magnitud de la tragedia en toda su dimensión.

Unas 35 viviendas del anexo de San Carlos, en el centro poblado Herbay Alto, fueron arrasadas.

Los inmuebles de madera y cañas quedaron inservibles, cubiertos por el lodo.

Unas 200 personas, que conforman 50 familias, lo perdieron todo y terminaron en la calle.

PIERDEN ANIMALES

El fenómeno destruyó también una granja con 4.000 cuyes, así como gallinas, pollos, ovejas y ganado.

Según las autoridades, un total de 35 hectáreas de tierras de cultivo cerca de Concón y Ramadilla, en Lunahuaná, fueron afectados.

Árboles frutales, platanales, así como plantaciones de uvas, quedaron enterrados, generando miles de soles en pérdidas.

LLEGA AYUDA

Por la mañana, los alcaldes de Cañete y Lunahuaná, Alexander Bazán y Félix Villalobos, respectivamente, se hicieron presente en la zona del desastre junto con el presidente regional, Nelson Chui, llevando desayunos, frazadas, carpas y agua.

En las próximas horas, la población será trasladada a un lugar seguro, pues se temen nuevos deslizamientos por las constantes lluvias.