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ZANCUDOS EN CAÑETE. Desde hace algunos días, una ola de estos mosquitos invade la ciudad de San Vicente. Hay que decir que las picaduras las realizan únicamente las hembras. Ellas necesitan alimentarse de sangre de mamíferos, que le proporciona proteínas para que sus huevos resulten fértiles. Por este motivo, la hembra dispone de una larga y delgada trompa, algo así como una pequeña aguja, que le permite perforar la piel de los mamíferos, incluyendo a los humanos. Por lo general, las hembras pican una sola vez, pero se da el caso, que si se encuentran débiles, entonces pican más de una vez. Y como el zancudo macho no pone huevos, entonces no necesita sangre, y por el contrario, se alimenta de néctar, flores, savia y jugos de fruta, que son ricos en azúcares. Ellos tienen un par de bigotitos que sirven para retener el polen. Las hembras poseen sensores químicos en sus antenas, también otros sensores visuales, de olor y temperatura, que les permiten reconocer a través de la respiración y el sudor, y por eso algunas personas son más susceptibles de ser picadas que otras. Vestir ropas de colores oscuros le vuelve un objetivo más deseable. Y como las picaduras impacientan a grandes y chicos de mi tierra, le dejo algunas sugerencias para protegerse -de manera natural- de estos molestosos insectos:

Hojas de molle o eucalipto. El olor a mentol es muy poderoso para ahuyentarlos. Se recomienda su frotación con hojas. O también 250 gramos de hojas de eucalipto o molle y un litro de agua. Hervir ambos ingredientes por 45 minutos para que las hojas desprendan toda su esencia. Cuando todavía esté caliente, verter en zonas húmedas de la casa y, sobre todo, en los marcos de las puertas y las ventanas. 

Usar clavo de olor: preparar una infusión con un litro de agua y 30 clavitos de olor y aplicar en toda la piel, especialmente brazos, rostro y pies. También se puede marinar 100 gramos de clavos de olor enteros en medio litro de alcohol durante cuatro días, remover en la mañana y en la tarde, al quinto día agregar 100 mililitros de aceite de bebé, y aplicar unas gotas en la piel.

Hiervas aromáticas: Por ejemplo, hacer una infusión con 250 gramos de flores de manzanilla y agua, y frotar la piel cada dos horas. En los patios y balcones se pueden colocar varias hojas de menta, machacadas con algunas gotas de agua para que liberen más olor. En las habitaciones se pueden poner matas de albahaca, cuyo olor no les gusta a los insectos.

Ajos macerados: No será el olor más rico del mundo pero funciona. Macerar varios dientes de ajo en un envase con agua varias horas. Después pulverizar en toda la casa, especialmente en cortinas y marcos de la puerta.