¿Sale Salazar?
sábado, 2 de marzo de 2013
, Posted by sincensuracanete.blogspot.com at 11:02
La inseguridad afectará la popularidad de Humala.
Si el presidente Ollanta Humala no toma decisiones rápidas sobre la política de seguridad ciudadana de su gobierno, pronto va a sentir las consecuencias donde más le duele: en la aprobación de la opinión pública a su gestión como jefe de Estado.
Para que realmente tengan efecto dichas decisiones, deberían darse tanto sobre el fondo de las políticas de seguridad como en cuanto a la forma de las mismas, con el fin de que quede claro para todos –fuera y dentro del gobierno– de que se viene un tiempo nuevo en el combate a la delincuencia en todas su vertientes.
Esto incluye, por supuesto, políticas vinculadas a la Policía Nacional pero, también, sin duda, al Poder Judicial, el Ministerio Público y el INPE.
Lo primero que debería hacer el presidente Humala es reconocer que, hasta el momento, lo hecho por su gobierno en los diecinueve meses que tiene, es decepcionante y que no está a la altura del desafío exigido por un sector relevante de la ciudadanía que votó por él en el año 2011 pensando que, por ser militar, sería exitoso en la lucha contra el delito.
Pues no ha sido así, y haría bien el presidente Humala en dejar de seguir echándole la culpa a los gobiernos previos. Estos tienen, sin duda, responsabilidad en el agravamiento de las condiciones de seguridad en el país pero, cuando la administración actual ya está por cumplir dos años, suena un poco ridículo y bastante fresco mirar atrás sin incluir al propio en la lista de regímenes fallidos en cuanto a la seguridad.
Hay varias interpretaciones de por qué no se avanza en la lucha contra el delito, pero lo más probable es que –como sostiene Fernando Rospigliosi– el principal obstáculo para ello sea la corrupción predominante en las principales instituciones vinculadas a la seguridad: la policía, la administración de las cárceles, la fiscalía y la justicia.
Dicho fenómeno aún no ha sido encarado por el gobierno del presidente Humala y eso explica, en gran parte, la sensación extendida en el país de que estamos cada vez peor en materia de seguridad, lo cual tiene como indicadores inequívocos para la constatación el crecimiento sostenido en la tasa de homicidios.
En este contexto, tener que nombrar al quinto ministro del Interior del gobierno, con un promedio de duración de cuatro meses para cada uno, parece una insensatez, especialmente cuando se cuenta con un profesional honesto como Wilfredo Pedraza al frente de esa cartera.
Relevar, en cambio, al director general de la PNP, Raúl Salazar, parece que es una decisión que se cae de madura por la mala relación de este con el ministro, por todos los problemas ocurridos en su período al mando de la policía, y porque hoy parece un jefe cuyo interés principal es durar en el cargo.
LA REPUBLICA
http://www.larepublica.pe/columnistas/claro-y-directo/sale-salazar-02-03-2013
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