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Óscar Chumpitaz - La Republica

A diario en Lima se cometen asaltos y secuestros al paso que se inician con solo abordar un taxi.Andrés Escalante abordó uno de estos vehículos en la avenida Abancay, en el centro histórico de Lima, fue asaltado por el 'transportista' y sus cómplces que lo despojaron de 10 mil soles.

A Escalante le aplicaron un gas pimienta en el rostro, luego de que el taxista le pidiera pasar al asiento del copiloto, pues le habían advertido que tenía un desperfecto en los neumáticos. “Apenas pasé adelante, un tipo que había subido al carro, me atenazó por el cuello y hechó un gas pimienta y me abandonaron entre las calles Cuterno y Yungay, en Breña”, indicó.

Según explicó el experto en seguridad y ex director de la PNP, general (r) Luis Montoya, la utilización de taxis se convirtió con el tiempo en uno de los robos más sofisticado. Señaló que antes no era muy común que estos falsos taxistas operaran en el centro de Lima. Según una fuente policial, ahora, esta gente estiró su radio de acción, y cuenta casi siempre con un coche de apoyo.

Acerca de los lugares más elegidos para este tipo de asaltos, una fuente policial admitió que es imposible hacer un mapa del delito con estos taxis: ellos van de una jurisdicción a otra. Pero la metodología de estos robos es casi siempre la misma: el chofer del taxi levanta a un pasajero y espera que un semáforo lo frene. Ahí aprovechan sus cómplices para subirse al coche.

Otra táctica usada es ésta: el chofer simula que tiene un desperfecto en el auto, se detiene en un lugar más o menos tranquilo, y ante la sorpresa del pasajero suben sus cómplices.

Por lo general, los ladrones llegan en un auto de apoyo. Estos asaltos ya se han hecho tan comunes que, según una estimación de la policía, sólo uno de cada tres se denuncian.

Es una moda delictiva que no requieren demasiada preparación porque la víctima es elegida al azar.

A pesar de que estas bandas han ampliado su radio de acción, la mayoría de los asaltantes siguen prefiriendo lugares próximos a grandes centros comerciales. Saben que en estas zonas siempre pueden encontrar a alguna persona con dinero.